Un nuevo informe de investigación de la Alianza Mundial para la Inclusión Digital (GDIP, por sus siglas en inglés), Resiliencia conectada: experiencias de género de conectividad significativa a través de una pandemia global, examina los desafíos y oportunidades para lograr la inclusión digital de género, especialmente después de la pandemia de COVID-19. El estudio de investigación, respaldado por la fundación Internet Society, se basa en las experiencias de mujeres de nueve países del Sur Global: India, Mozambique, Nigeria, Filipinas, Bangladesh, Camboya, Ghana, Sudáfrica y Uganda.
El informe destaca que, si bien el acceso a Internet fue esencial durante los confinamientos, no estaba disponible para todos. La brecha digital persiste, dejando desconectadas a muchas mujeres, personas empobrecidas y personas de zonas rurales. Esta exclusión tiene consecuencias económicas, ya que el PIB estima que los países podrían perder más de 500.000 millones de dólares en los próximos cinco años si este problema no se aborda con intervenciones políticas sustanciales.
La investigación también encontró disparidades significativas en el acceso a Internet en función de la geografía y la educación. Las mujeres con un título universitario tenían casi el doble de probabilidades de estar conectadas de manera significativa en comparación con las que tenían menos educación. Del mismo modo, las mujeres de las zonas urbanas tenían más de un 50% más de probabilidades de tener una conectividad significativa que las de las zonas rurales.
Los confinamientos exacerbaron las divisiones existentes. Las mujeres de las zonas marginadas se enfrentaban a barreras como:
- Falta de infraestructura, como torres de telefonía móvil.
- Coste elevado de dispositivos y planes de datos.
- Dependencia de los hombres en sus familias para el uso de dispositivos.
- Tiempo limitado debido a actividades generadoras de ingresos y trabajo de cuidado.
Estas barreras sistémicas, junto con la pobreza, el matrimonio precoz y el nivel educativo, crean obstáculos significativos para la inclusión digital de las mujeres a nivel mundial.
El informe hace un llamado a inversiones y políticas específicas para promover una conectividad significativa para las mujeres. Esto incluye:
- Inversiones profundas que utilizan recursos sustanciales para realizar cambios profundos en un área de política específica o para una comunidad específica.
- Grandes visiones que combinan años de esfuerzo con importantes recursos financieros para revolucionar el statu quo. Los planes nacionales de banda ancha y otros documentos estratégicos clave, cuando cuentan con el apoyo y los recursos adecuados a lo largo de las etapas de implementación, representan un ejemplo fundamental de grandes visiones en este ámbito.
- Logros pequeños que son cambios discretos y específicos, pero que aún pueden aportar un valor tangible en su escala.
- Sistemas escalables que representan grandes cambios programáticos en las formas de trabajo preexistentes. Los enfoques de múltiples partes interesadas y las metas de género pueden sentar las bases para procesos continuos a largo plazo que amplíen el progreso hacia el cierre de la brecha digital de género. Al utilizar las políticas y la regulación para crear mecanismos y procedimientos que tengan en cuenta la inclusión digital, los responsables de la formulación de políticas pueden crear hábitos y rutinas que cambien gradual y sistemáticamente el curso de la historia.
El informe del GDIP propone soluciones viables e insta a los responsables políticos, los inversores y el sector de las TIC a trabajar juntos para lograr una conectividad significativa y un desarrollo digital inclusivo.
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